En gran parte, lo que se conoce en Colombia como
desnutrición se ve fuertemente ligado a procesos de desigualdad en salud,
acceso y utilización de servicios en atención, como consecuencias de
inequidades sociales, políticas y económicas en América Latina y el mundo
entero. Todos estos determinantes que influyen el desarrollo de un niño, desde
su madre, serán tomados en cuenta para proyectar el estado de hambre y
desnutrición que nuestro país atraviesa en estos momentos.
Por todo esto es necesario analizar el estado normal en el
que se debería encontrar el país frente a este ámbito de nutrición y salud
infantil; de la misma manera dirigirnos a las alteraciones que se presentan en
este y comprender así los problemas de desnutrición presentados actualmente.
La niñez es quizá la población más afectada tras
los problemas sociales, económicos y políticos que se presentan en el mundo, y
de hecho este fenómeno se presenta de manera paradójica, teniendo en cuenta que
a su vez es una de las más “protegidas” en cualquier sentido y frente a
cualquier irregularidad. Siempre decimos que los niños son el futuro de nuestra
sociedad, pero podría nuestra sociedad
pensar en futuro si se tiene en cuenta lo desfavorecida que se encuentra la
niñez actualmente. Esta población no merece más atención que cualquier otra,
pero si exige la necesaria para poder desarrollarse en un mundo hostil que le
niega la oportunidad de crecer y avanzar en condiciones dignas para cualquier
ser humano.
A lo largo del tiempo, el hambre y la sed has cobrado la
vida de cientos de niños entre los 0 y los 5 años en nuestro país
Las desigualdades sociales son un tema grande de abarcar y
en cierta manera son tomadas como los precedentes que provocan más fallas
sociales. De ahí que intervengan también en el desarrollo de la desnutrición en
Colombia; estas se centran en aspectos socioeconómicos principalmente, y de
allí yacen problemáticas de educación (en cuestión de la madre), hambruna (en
familias afecta a la niñez) y exposición (entorno hostil para el desarrollo) a
factores que aumenten el riesgo de desnutrición en un individuo.
La desnutrición es el resultado de la falla y no
funcionamiento sincronizado de diversos factores sociales, políticos y
económicos que median la prestación del servicio de salud y el ambiente en el
que un niño se desarrolla, teniendo en cuenta aspectos que inician desde su
madre hasta su crecimiento en sí.
De hecho, en uno de los estudios realizados por Karina
Acosta Ordoñez en 2012, a favor de producir documentos de Trabajo sobre
Economía Regional y Urbana para el Banco de la Republica menciona: “Colombia es un país con grandes diferencias regionales en los
niveles de desarrollo. Además, tiene altos niveles de desnutrición que limitan
su potencial productivo. Con base en los datos de la Encuesta Nacional de la
Situación Nutricional para el 2010, este trabajo caracteriza los estados
nutricionales de los niños entre 1 y 4 años y también se analizan el acceso a
una salud adecuada y las particularidades de los niños en esta materia. Entre
los principales resultados, se percibe la importancia de las características de
las madres, las condiciones de vida y una atención prenatal para las madres en
la explicación de la desnutrición a nivel agregado. A nivel regional, se
encuentra que Bogotá y el Caribe son las regiones con mayores niveles de
desnutrición crónica y global, respectivamente. Al respecto, se encontró que
las medidas de control de largo plazo a partir de las características maternas,
el control de la edad en la que se es madre son más importantes en Bogotá,
mientras que en el Caribe características como los años de educación cobran
mayor importancia. Esto explica el hecho de que el efecto de la educación de la
madre se vuelve marginalmente decreciente en la medida en que estas alcanzan un
nivel completo de secundaria. Adicionalmente, se resalta también la necesidad
del cubrimiento de vacunas para controlar la desnutrición medida como retraso
de peso.”.
Varias regiones como Uribia y Manaure, en La Guajira, zonas
rurales de Puerto Carreño en Vichada, Mapiripán en el Meta o Puerto Hormiga en
Bolívar, y la capital del país se ven seriamente afectadas por la ola de
desnutrición en Colombia, dejando de lado muchas otras que también se ven
permeadas por esta situación.
Definitivamente una de las principales raíces de este problema es
la corrupción y con ella la mala administración de los recursos para las
regiones colombianas. Aunque podemos afirmar que la nutrición no está ligada
completamente a la extrema pobreza, como ya se ha mencionado antes, la
geografía, la cultura y el medio ambiente también intervienen en este proceso
que afecta directamente a la niñez del país.
Mientras todo esto sucede
el Estado busca distraer la atención del problema generando campañas en favor
de la nutrición y salud infantil, que como es notable no abarcan ni son
proyectadas a todas la comunidades del país. Estas grandes inversiones en
campañas que solo favorecen la imagen pública de un individuo, quizá deberían
ser utilizadas para alimentar a nuestros niños y disminuir la taza de
desnutrición y mortalidad en los mis
La revista semana menciona: “Según el
Programa Mundial de Alimentos, en el planeta hay 795 millones de personas con
hambre y alrededor de 2.000 millones que enfrentan problemas de desnutrición o
de sobrepeso, lo que se denomina malnutrición.”.
Todas estas situaciones nos alarman como comunidad, ya que el
periodo de 2 años, desde el día de su nacimiento para un niño, es fundamental y
determinante, tanto para su desarrollo físico como cognitivo; y si no lo hace
en un medio y de manera adecuada este proceso se verá truncado generando
problemas serios, en algunos casos irreversibles.
Frente a esto el ICBF (Instituto Colombiano de Bienestar Familiar)
ha diseñado ciertas estrategias para la recuperación nutricional de varios
niños; afortunadamente este proyecto ha generado buenos resultados, teniendo en
cuenta que de los niños atendidos, el 61% se recuperó para 2015 en el 71% para
2016. Además de esto, el proyecto busca
promover prácticas de salud y nutrición durante la gestación, para aumentar el peso al
nacer, fortalecer la lactancia materna exclusiva, introducir de forma adecuada
la alimentación complementaria, fortalecer la educación alimentaria y
nutricional, y promover hábitos saludables.
Desafortunadamente estas
prácticas en pro de mejorar la nutrición no serán exitosas en un 100% mientras no
se disminuya el sobre riesgo para que los niños presenten desnutrición ni se
logre determinar precisamente el número de individuos con desnutrición y
muertes por enfermedades asociadas a ella, en Colombia, todavía miles de casos
permanecen en el anonimato.
Según la UNICEF:
- Desnutrición crónica: Retardo de altura para la edad. Asociada normalmente a situaciones de pobreza, con consecuencias para el aprendizaje y menos desempeño económico.
- Desnutrición global: Deficiencia de peso para la edad. Insuficiencia ponderal.
Es el momento de tomar conciencia sobre esto y entender que la situación actual de la niñez de nuestro país no es un juego, todo lo contrario es un factor clave, en el que tanto gobernantes como ciudadanos en general deben fijar su atención y trabajar por su mejoría para evitar consecuencias aun mas catastróficas en un futuro cercano.
Bibliografía: